Epicentro es un retrato immersivo y metafórico de la Cuba postcolonial y "utópica", en la que aun se recuerda la explosión del barco norteamericano Maine en 1898. El fin del dominio colonial español en América derivó en la era del imperio Americano. En el mismo momento y el mismo lugar surgió una poderosa herramienta de conquista: el cine como propaganda. En este filme, Hubert Sauper explora un siglo de intervencionismo y elaboración de mitos de la mano de los extraordinarios habitantes de la Habana -en especial, los niños, a los que el autor llama "jóvenes profetas"- para cuestionar el tiempo, el imperialismo y el propio cine.