"Ladri di Biciclette" o "Ladrón de bicicletas" es probablemente el mayor exponente de cine italiano en toda su historia.
Vittorio De Sica no solo creo una obra maestra también llego al punto de perfección en el neorrealismo italiano y llegó junto con "Roma, Ciudad Abierta" de Roberto Rossellini a el máximo nivel dentro de esta fabulosa y dramática etapa cinematográfica.
La película nos habla de la grave y preocupante pobreza que había en Italia durante la posguerra, en una situación donde una bicicleta es un lujo.
Por otro lado también nos habla de la relaciones padre e hijo, y como estas se pueden reforzar en situaciones complicadas, y en el sacrificio de un padre desesperado por su familia.
La fotografía es increíble, con planos generales buenísimos que retratan la Italia de la posguerra a la perfección.
La trama narra la historia de Antonio (Lamberto Maggiorani), un padre de familia que lleva dos años en paro a causa de la pobreza extrema de la posguerra.
Antonio consigue trabajo como cartelero, y compra una bicicleta con sus últimos ahorros para poder trabajar.
Luego de un día de trabajo le roban la bicicleta, y desesperado de perder su trabajo, irá a buscar con su hijo Bruno (Enzo Staiola) la bicicleta por toda la ciudad antes de que sea lunes y vuela a trabajar.
Todos sabemos que De Sica es sin lugar a dudas de los mejores directores italianos de la historia, pero con esta obra maestra a sus espaldas me atrevería a decir que es de los mejores en toda la historia del cine.