Carmen y Lola me ha recordado los principios del Neorealismo italiano de la posguerra, tiene, sin duda, las pinceladas del Cinema-Verité sabiamente mezcladas con un exotismo libertino que atrapa desde el principio del metraje.
Si ya de por sí, es difícil hacer actuar a noveles, mas lo es, darles esa verosimilitud que te lanzan a la cara, hasta el punto que se piensa que no existe un guion detrás, que van a cara descubierta, pero si lo hay según la directora, y este importante detalle hace de esta película un "tour de force" impresionante que le alza a la lista de "pequeñas" grandes obras maestras de nuestro cine.
Estarán conmigo... que es cada vez mas raro encontrar estímulos que nos hagan sentir emociones, estamos curados de espanto, pero hay escenas en esta película que hacen renacer sentimientos ya olvidados, y es de agradecer que alguien nos pellizque y que nos haga recordar, que nos haga vivir de nuevo esas emociones que no tienen raza ni lugar.
Ni que decir tiene, que el gran problema que se le presenta a esta directora es .... el "y ahora que" , porque va a ser una tarea ardua elegir la temática y guion de su próxima película... ya que el sentido artístico, pero humano, de superación va a representar todo un desafío.
Larga vida a las directoras valientes y comprometidas con la realidad y la libertad que a veces, la gente se olvida de tener presente.
Gracias Arantxa.