La pequeña nave espacial se lanzó al espacio en agosto de 1977 y después de cuarenta años le queda aún una década de recorrido por el espacio profundo.
La primera idea que se tenía del trayecto, que iba a alcanzar la nave espacial, eran hasta los planetas Júpiter y Saturno, pero gracias a una alineación planetaria que tiene lugar cada 200 años se pudo ampliar la misión a Urano y Neptuno e incluso más allá.
Ambas naves, The Voyager 1 y 2, tenían un elemento diferenciador al resto, y es que tenían un disco que estaba hecho de oro y no de vinilo como otros prototipos y que les salvó de la radiación.