Tras agonizar durante trece días, el pintor Francisco de Goya y Lucientes falleció un 16 de abril de 1828 en Burdeos. Su cuerpo fue enterrado en el cementerio de la Grande Chartreuse. Nadie desde España, ni siquiera su familia, reclamó su cuerpo. Pasaron décadas, y años de trámites, hasta que el Cónsul español en Burdeos, Joaquín Pereyra, consiguió en 1888 el permiso para exhumar el cadáver y trasladarlo a España. Pero al abrir la lápida, la sorpresa de todos los allí presentes fue grande: la tumba había sido forzada y el cráneo de Goya robado. ¿Quién querría su cabeza y con qué fin? ¿La tomó algún mitómano fetichista? ¿Algún médico frenólogo? ¿Cuándo y cómo ocurrió?
Samuel Alarcón (La ciudad de los signos, Comedores de esperanza) dirige este documental que supone un recorrido a través de la historia y el arte, y que gira en torno a la desaparición del cráneo de Francisco de Goya.