Lamento comunicar, antes de nada, que no he leído la novela homónima de Joan Didion y que, por lo tanto, os libraréis de cualquier comparación absurda resultante de confrontar dos expresiones artísticas tan desiguales como la literatura y el cine.
Respecto a la baja calificación otorgada por el vasto colectivo de críticos profesionales (que después no dudan en premiar con notable condescendencia deposiciones tales como “Spider-Man: No Way Home” o “The Batman”), o las terribles críticas retóricas y pedantes de distintos telespectadores con apenas criterio cinematográfico, solo puedo transmitir mi desconcierto.
Estoy de acuerdo en algo: “The Last Thing He Wanted” podría parecer algo confusa (qué historia de espías no lo es), también es cierto que se muestra algún posible problema en la post producción que ha acabado consintiendo más relevancia a determinados detalles de la trama ciertamente superfluos, pero definitivamente la cinta es interesante (olvidémonos del libro ahora), las actuaciones encajan perfectamente, con un Willem Dafoe tan sobre actuado como nos tiene acostumbrados, mientras Ben Affleck sigue regalándonos ese semblante austero de siempre, y donde Anne Hathaway trabaja su papel como pocos actores del Hollywood actual son capaces. Es curioso que aquí la hayan nominado a los Premios Razzie como “Peor Actriz de Reparto” si tenemos en cuenta los diversos bodrios que esta misma actriz ha tenido que interpretar a lo largo de su carrera (Caos [2005] es un ejemplo).
El personaje que Anne Hathaway interpreta aquí irradia personalidad: es una periodista brillante, comprometida, idealista, castigada por la vida y con un alma en descomposición. Acaba tomando una decisión que la aleja del equilibrio emocional, pero también de su propia hija. No parece fácil fusionar esta idiosincrasia personal con una trama de espías y corrupción institucional en el marco del sandinismo de los 80. Pero Dee Rees lo ha intentado. Ha hecho gala de una sensibilidad muy femenina para bucearnos en los demonios de Elena McMahon mientras ésta libra su propia batalla contra el destino que la aguarda.
En fin, “Su Último deseo”, como la han llamado aquí, no es realmente una obra maestra, y es cierto que enseña un guión escrito de forma algo errática y anárquica, pero su realización final dista mucho de merecer las descalificaciones que se han vertido sobre ella, y nos sorprendería conocer qué hay en realidad detrás de tanta bilis.