Crítica de SensaCine.com para Romeo debe morir: Shakespeare a patadas, pero poco

'Romeo debe morir' marcó dos inicios. El de la consagración de la carrera hollywoodiense de la estrella china de artes marciales Jet Li (hasta ese momento sólo había ejercido como villano en 'Arma letal 4' y el resto de su prolífica carrera había tenido lugar en China) y el debut del director de fotografía Andrzej Bartkowiak en la realización de cine de acción, en lo que terminaría especializándose. La película intenta ser una versión actualizada de 'Romeo y Julieta' cambiando Verona por Oakland, California, y los parlamentos por puñetazos en la clavícula, pero finalmente la excusa literaria queda tan sepultada por las generosas set pieces de lucha que poco importa.

Lo básico es que Jet Li llega desde una prisión hongkonesa muy enfadado porque una banda de afroamericanos ha liquidado a su hermano. Empieza una venganza que casa bien con la lucha que están manteniendo como tapadera los asiáticos con los afroamericanos por el control de la zona, pero entonces conoce a la hija (Aaliyah) del jefe del bando rival... En realidad no, porque poca emoción más transmite a las peleas en las que Jet Li se maneja tan bien como siempre (aunque en una festiva ocurrencia de guión llega a utilizar las extremidades de Aaliyah como si fueran las suyas para repartir tolinas) o a las persecuciones motorizadas de excelsa factura. No se engañen, esta no es una película de personajes... ni bendita falta le hace.

A favor: Que, aunque pretenda contar una enrevesada trama criminal con ínfulas (además de 'Romeo y Julieta', hay algo de 'Hamlet' en el teatrillo que montan las dos bandas), sabe que lo que importa son las escenas de acción y especialistas.

En contra: Las animaciones de rayos X que nos enseñan los huesos fracturados de algunos villanos... una horterada que tiene el sello del productor Joel Silver encima.