Este trabajo es la ópera prima del director Antonio Díaz Huerta
Díaz Huerta conoció a Gallo dado que el director es, también, un gran aficionado al surf. Cuando se enteró del accidente del mismo, decidió hacer lo posible para que el documental saliera adelante.
El mote de Gallo no es casual: el surfista recibió este apodo porque, de niño, no se asustaba frente a los macarras del barrio, aunque le pusieran una navaja en el cuello.