Una de las metas principales en la Administración de Ronald Reagan era acabar con el tráfico de drogas. El deseo del presidente era tan implacable que encerró en prisión no solo a aquellos que consumían o compraban drogas, si no también a todos aquellos que simplemente podían vivir con ellos. Ese es el caso de Cynthia Shank, madre de tres hijos, obligada a cumplir una condena de quince años en prisión por ser la novia de un traficante. El hermano de esta, Rudy Valdez, decide entonces hacer un documental para mostrar a su hermana aquello que esta más temía perderse: el crecimiento de sus hijas.