Crítica de SensaCine.com para Ant-Man y la Avispa: Quantumanía: Ant-Man se ha cansado de ser un secundario

El Universo Cinematográfico de Marvel ha estado en constante evolución durante la última década, creando una historia cada vez más grande y compleja. A lo largo de cuatro fases y una saga completa, el estudio ha experimentado con diferentes estilos cinematográficos y ha intentado dar a cada superhéroe su lugar. Sin embargo, Ant-Man siempre ha sido uno de los personajes menos destacados en la franquicia. Hasta ahora.

Las dos primeras películas del Hombre Hormiga, Ant-Man y Ant-Man y la Avispa, son una especie de digestivo, de sorbete de limón, de cigarrito de después, del UCM. Siempre han llegado después o antes de acontecimientos clave en la franquicia. Pero todo cambia con Ant-Man y la Avispa: Quantumanía. La tercera entrega de la trilogía es una película tremendamente importante en el UCM por varias razones. En primer lugar, es la encargada de dar el pistoletazo de salida a la Fase 5. En segundo lugar, presenta a Kang, el nuevo Thanos.

Ant-Man y la Avispa: Quantumanía adquiere una escala mayor que sus predecesoras, no solo a nivel narrativo sino también visualmente, explorando el Reino Cuántico, una dimensión que solo había sido insinuada en las anteriores películas de la trilogía. Una película imprescindible para entender el futuro del UCM.

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