Pelotón de tipos duros para hacer reír
por Nestor HidalgoPor fácil que sea encontrarle las costuras al cine de Guy Ritchie (¡demonios, si está hecho de parches y remiendos, ¿cómo no va a tener costuras?!), hay que reconocer que a lo largo de su irregular filmografía tiene un buen puñado de títulos que hacen de la diversión sin cortapisas su mayor estandarte. Pasar el reciclaje del género criminal del primer Tarantino por una nueva turmix es lo que mejor se le da a Ritchie. Además, con 'Snatch', que casi funciona como secuela bastarda y alternativa de su anárquico debut 'Lock & Stock', demostró que está dispuesto a preparar el mismo puré tantas veces como le venga en gana.
La fórmula de gángsters patosos pero carismáticos con una utilización cómica de la violencia y ametrallado de diálogos que propician el 'namedropping' alcanzó su mayor popularidad en 'Snatch' gracias a contar con estrellas como Benicio del Toro o Brad Pitt totalmente entregadas a la causa y divirtiéndose con los acentos de sus papeles. Hay algo de deliciosa venganza en la actitud de Ritchie al volver a contar con el todavía emergente Jason Statham, que fulminó las críticas que había recibido su malhablada y muy dialectual opera prima: al gitano interpretado por Pitt no le entendía ni el propio director durante el rodaje. Así fue como consiguió que empezáramos a fijarnos en él como actor físico; no en su cuerpo, sino en lo que hace con su cuerpo.
A favor: El reparto coral y la selección musical, megamix post-Tarantino y post-Trainspotting.
En contra: 'Been there, donde that'; pero la gente que pone este tipo de pegas no merece la pena.