La película se titula 70 binladens, que hace referencia a los 35.000 euros que necesita la protagonista, es decir 70 billetes de 500 euros. En el argot criminal, los billetes de 500 euros reciben el sobrenombre de ‘binladens’ porque todo el mundo sabe que existen, pero casi nadie los ha visto.
Según explica el director Koldo Serra esta es una película de atracos y rehenes, pero "de andar por casa, con cierto aire costumbrista cercano, como de barrio. El rollo costumbrista es la clave de la película. Nada de hipertecnología, de golpes perfectos, de informáticos entrando a ‘hackear’ el sistema, de tipos colgándose de cuerdas”.
En 2018, Nathalie Poza obtuvo el Goya a Mejor actriz por su papel en No sé decir adiós (2017). Por su parte, en 2016, Emma Suárez hizo doblete en los Goya, ya que obtuvo el galardón a Mejor Actriz por Julieta (2016) y a Mejor Actriz de Reparto por La propera pell (2016).
En la película Hugo Silva y Nathalie Poza dan vida a los atracadores de medio pelo que irrumpen en la oficina bancaria para realizar un robo. El personaje de Silva es Jonan, un yonki, y el de Poza es Lola, una mujer tuerta. Irreconocibles, ambos lucen un aspecto al que no estamos acostumbrados.
Parte de la crítica, además del propio director Koldo Serra, ha relacionado esta película con filmes clásicos de atracos como Tarde de perros de Sidney Lumet y La estanquera de Vallecas de Eloy de la Iglesia.
Este es el tercer largometraje de Koldo Serra después de Gernika (2016), claro que el director ha trabajado en varias series dirigiendo capítulos de El ministerio del tiempo, El don de Alba, La fuga y hasta Muchachada nui.
Según explica Koldo Serra: "No he parado de currar haciendo televisión y videoclips, pero nada de cine desde Gernika. Levantar películas en este país es un milagro”.
El cortometraje de Koldo Serra El tren de la bruja (2003) fue premiado en los Festivales de Sitges, San Sebastián Horror and Fantasy Film Festival, Molins de Rei Horror Film Festival y Amsterdam Fantastic Film Festival.
La película se proyectó en el Festival de Sitges de 2018, dentro de la sección Òrbita, dedicada al thriller.
La película se ha rodado en Bilbao, y los exteriores del banco donde transcurre la acción son los de la plaza Haro de Santutxu.