La película se va a proyectar en el Festival Internacional de Cine de Cannes 2018.
La idea de la película nace de unas estadísticas que en 2010 impactaron al director del filme Sergei Dvortsevoy. Y es que 248 bebés fueron abandonados por madres kirguisas en los hospitales de Moscú. El realizador ha querido fraguar en las razones que han podido llevar a estas mujeres a dejar a sus hijos.