Las Brujas (de Roald Dahl), basada en el libro del mismo nombre del también autor de Matilda y Charlie y la fábrica de chocolate, presenta un mundo en el que las brujas son de verdad, existen y viven entre nosotros. Y no van montadas precisamente en el palo de una escoba. Puede que vistan ropa normal, vivan en casas convencionales y tengan trabajos de lo más cotidianos. Pero no son ni mucho menos lo que parecen y hay formas muy concretas y útiles de detectarlas. Si no, que se lo digan al pequeño protagonista de esta historia (Jahzir Bruno), que comienza a vivir con su abuela (Octavia Spencer) en la Alabama (EE.UU) de finales de los años 60 después de quedarse tristemente huérfano.
A sus ocho años y una vez superada la tristeza de perder a su padre y a su madre, el héroe de esta comedia familiar dirigida por Robert Zemeckis (Regreso al futuro) se topa con una mujer de lo más extraña en un supermercado. Y es entonces cuando su abuela, para su sorpresa, le cuenta que lo más seguro es que esta fuera una bruja. Las de su especie odian a los niños y se caracterizan por sus voces ásperas, sus pies sin dedos y por tener garras en lugar de manos normales -de ahí que siempre luzcan guantes larguísimos. También disponen de unas dotadísimas fosas nasales para oler a sus presas y, aunque llevan pelucas, en realidad son calvas y están siempre rascándose la cabeza por su culpa.
Tras el extraño encuentro en el supermercado de su nieto, y debido a una traumática experiencia en el pasado cuando era niña, la abuela decide que ambos deben trasladarse inmediatamente al Grand Orleans Imperial Island Hotel, un lujoso establecimiento donde cree que estarán seguros. Pero la mala suerte los persigue y justo en ese hotel también acaban alojándose la Gran Bruja (Anne Hathaway) y su ejército de camaradas, camufladas bajo la inofensiva fachada de la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Niños. La Gran Bruja tiene un malévolo plan y este consiste en transformar en ratones a todos los chavales del mundo gracias a una poderosa y misteriosa poción. El chico tiene que evitarlo a toda costa, aunque puede que no sea tan fácil.