A través de las cartas personales de Van Gogh y los relatos escritos por amigos y coetáneos, esta película muestra la historia de la poco conocida pero profunda conexión entre Van Gogh y el arte japonés. A pesar de no haber viajado nunca a ese país, el arte japonés tiene un importante papel en la comprensión de las obras más emblemáticas del artista.
Película documental dirigida por David Bickerstaff, realizador de otros documentales sobre arte como Degas: pasión por la perfección (2018) y Canaletto y el arte de Venecia (2017), el filme cuenta con la intervención de artistas contemporáneos como la experta en shodô, Tomoko Kawao, y el artista de performance Tatsumi Orimoto.