El sueño de la droga
por Virginia MontesTras debutar con 'Pi', Darren Aronofsky escribió junto a Hubert Selby Jr. el guion de 'Réquiem por un sueño', a partir de la novela homónima de este último para dirigir una película sobre la adicción a las drogas y la adicción a los sueños del consumismo del capitalismo actual, equiparando ambas dependencias en una película que, como la novela, se mueve por el terreno de la narración y la experimentación mediante un equilibrio casi imposible. La película de Aronofsky es extrema, conscientemente extrema, buscando que el espectador pueda rechazar la película tanto como admirarla. Como en todo su cine, el efectismo está servido, pero no llega a molestar dado el hiperrealismo con el que el cineasta se acerca a sus personajes y a sus miserias. Todo parece pender de un fino hilo, y 'Réquiem por un sueño' resulta fácilmente atacable, como toda película que se mueva en el exceso. Pero presenta una puesta en escena valiente y arriesgada, sin concesiones, transmitiendo una honestidad casi hiriente. Los actores, todos ellos excelentes, sobre todo la veterana Ellen Burstyn, y la música de Clint Mansell (mitificada y utilizada desde entonces de manera constante) aportan a 'Réquiem por un sueño' un toque más de calidad que, junto al trabajo del director, convierten a la película en una obra fascinante y necesaria para comprender tanto el cine del siglo XXI como la sociedad que lo consume.
A favor: El riesgo de la propuesta.
En contra: Que ser tan extrema puede perjudicarla.