Por problemas de presupuesto, François Ozon se vio obligado a dividir la grabación en dos etapas. La primera fue filmada en 35 mm, y la segunda parte en Super 16 mm. Charlotte Rampling siempre confió en el proyecto.
El director, François Ozon, se inspiró en un recuerdo de su infancia muy similar al del inicio de la película. Él mismo contó que, estando de vacaciones con su familia, conoció a una pareja de holandeses de 60 años; un día, el marido se metió a nadar y no regresó jamás. El cineasta aún recuerda el helicóptero sobrevolando las aguas en su búsqueda, una imagen que acabará utilizando en el film. El origen de la película es la incesante duda que, desde entonces, ronda la cabeza del director: ¿qué ocurrió después con la mujer holandesa?.
Está protagonizada por la musa del cine europeo de los años setenta, Charlotte Rampling.