Según explica la directora del filme Johanna Demetrakas: ”Crecer en los años cincuenta y sesenta no solo significaba una ciudadanía de segunda clase, sino un ser humano de segunda clase: como mujer no estabas invitada a participar en medicina, arte, derecho, educación, ciencia, religión, excepto tal vez como secretaria.”
La película parte de las experiencias personales de sexismo y de liberación de mujeres que en los años 70 marcaron una diferencia respecto a su generación anterior. Y sigue su relato hasta el siglo XXI.
La productora ejecutiva del filme es Cheryl Swannack, una de las mujeres protagonistas que aparecen en el documental.