La película es un proyecto a largo plazo que nace de un grupo de amigos que querían crear su propia película, de principio a fin. Los creadores del proyecto resumen así su génesis: "Entre 2014 y 2017, París se encontraba en tal estado de tensión. Había algo eléctrico en el aire, un sentimiento íntimo compartido por toda una multitud, algo nuevo. Debido a la urgencia de la situación, tuvimos la necesidad de contar esta historia".
Esta película mezcla la realidad y la ficción en el contexto de París, una capital marcada por las tensiones sociales y el terrorismo en los últimos años.
La película fue filmada durante casi tres años en la capital francesa con una cámara Black Magic Pocket.
La película, inicialmente, iba a titularse 'París es una fiesta', inspirado por el clásico de Ernest Hemingway. Finalmente se decidió llamar a la película París es nuestro.
La película pudo sacarse adelante gracias a un proyecto de crowdfunding.
Este es el segundo trabajo de la directora Elisabeth Vogler. Su anterior filme es el documental Blanchisserie de France (2014).