Luego de un preludio ominoso, la película comienza, con el abogado Robert Bilott (Mark Ruffalo) recién ascendido al directorio de un poderoso bufete de abogados de Cincinatti (que tiene en su cartera a poderosas empresas químicas), cuando es abordado por un granjero de su pueblo natal en West Virginia y vecino de su abuela. Éste le aporta material para investigar a la poderosa firma DuPont, dada la creciente incidencia de enfermedades en el ganado y su probable relación con residuos tóxicos vertidos por la planta de esa empresa al río cercano al pueblo. A partír de aquí, Bilott, respaldado por su jefe, Tom Terp (Tim Robbins) y el bufete inicia una investigación y luego una demanda contra DuPont en un proceso legal que insumió varios años.
Por supuesto que DuPont es una de las principales fuentes de empleo de la zona y sponsor de varias instituciones del pueblo.
Resulta irónico que Bilott y su bufete se vuelvan en contra de uno de sus principales clientes, pero eso es lo que realmente pasó (esto me recuerda a las críticas al personaje de Cecilia Roth en Crímenes de familia reprochando ciertas inverosimilitudes)
Esta es un película del gran director Todd Haynes (Safe, Carol, Lejos del Paraíso) que en este caso ha optado por un relato convencional muy caro al cine de EE.UU, basado en una caso real detallado en una nota periodística del New York Times. El relato está bien armado, elude, en general el "heroísmo" de este tipo de historias, pero, salvo en contadas escenas que sí bordean con efectividad el horror, carece de los rasgos de genio presentes en otras películas del director. Hay algunas secuencias con dos o tres escenas alternadas ligeramente corridas en el tiempo muy bien montadas.
Para mi gusto Ruffalo está algo sobreactuado en su mezcla de tenacidad y apocamiento. Eficiente Robbins y Anne Hathaway, como su esposa, está bien (tiene alguna escenita), pero en un papel pequeño y bastante estereotipado.
En suma, un filme de "denuncia" de Haynes, con sólo pequeñas dosis de su genio.