Segunda película que veo de Wes Anderson, director estadounidense, que tiene como objetivo, o al menos eso pienso, hacer que cada plano sea un auténtico cuadro.
El Gran Hotel Budapest fue la primera película que vi de este señor, y ahora más que nunca, me ha quedado bien claro que le encanta el "Academy Ratio" (1,37:1) en sus películas, un formato un poco más ancho del 4:3, acostumbrados a ver en series de televisión antiguas.
Anderson no consigue llamar mi atención en cuanto a la historia que trae con "La Crónica Francesa". Me parece que la manera que tienen todos de hablar es demasiado cargada. Me gusta que tengan puntos de ser personas cultas, refinadas, pero no que sea excesivo, hasta el punto de llegar a empachar. Más unas historias que otras, la historia que mas me ha gustado de la película es la sección de arte y artistas. No desvelo más.
La forma en la que introduce los artículos con esas ilustraciones es muy bonita y agradable a la vista. Es un punto muy bueno a su favor. Bueno, toda la película visualmente es muy bonita, con tonos pastel de colores vivos.
Aunque la historia no me haya hecho mucho tilín, llegando incluso a desesperarme al final del filme, no cabe duda que la mayoría de la puntuación se la lleva la parte técnica de la película. Hablamos de una película que tiene el formato académico en la mayoría de la película, quitando las partes de "collage" que hay en ella. La mezcla del pasado y el futuro con el blanco y negro y los colores queda extraordinariamente bien.
Lo más importante de todo, que es lo que más llama la atención de las películas de Anderson, es su dirección. Una dirección que cuenta con infinidad de coreografías para sus actores, que junto con los planos tan geométricos, que casi no se puede apreciar el más mínimo fallo matemáticamente hablando, hacen que Wes Anderson sea para mí otro referente en cine, en manera de componer.
Todo ello sustento por una dirección de fotografía de Robert Yeoman, que hacen de las pelis de Anderson una buena forma de maravillarte con lo que son planos de auténticos cuadros.