Secuela directa de “Venom” (2018)
Teníamos muchas ganas de ver continuar esta historia y sobre todo, de ver a Matanza.
Los resultados son desgraciadamente bastante agridulces por diversos motivos.
El primero es el propio Matanza, un villano ciertamente flojito interpretado por un Woody Harrelson bastante perezoso en su papel, después de haber visto de lo que es capaz este grandísimo actor en películas como “Tres anuncios en las afueras”. Tom Hardy parece estar un poco más incómodo que en la primera película, quizás algo más sobreactuado.
El segundo problema es la calificación por edades. Esta película necesitaba obligatoriamente ser para mayores de 18 años o categoría R. Por lo tanto, la cinta sufre muchísimo al no poder mostrar lo que debe mostrar. Se podía perdonar en el filme anterior, aquí ya no y menos con un villano así. Vemos a un Matanza muy muy dulcificado.
El tercer problema es la duración. Hora y media pelada no es suficiente y trae consigo serios problemas de ritmo, de desarrollo de personajes y demás que también perjudican al resultado final.
El cuarto es el director, Andy Serkis. Este hombre fue el que interpretó de maneara maravillosa a personajes clave del cine como Gollum en El señor de los anillos o a César en El planeta de los simios. Pero no puedo decir que su trabajo detrás de las cámaras sea igual de genial, y aquí se demuestra. Utilizar un formato de 1:85:1 (pantalla casi completa) añade un aspecto de telefilm que no ayuda.
El quinto punto a deber es el tono excesivamente cómico en muchas ocasiones. Creo que esta vez se han pasado un poco, incluso recordando al tono de “Thor: Ragnarok” (2017).
El último problema es el que deriva de los otros cinco. “Venom: Habrá matanza” no se acaba de sentir como una segunda parte de la primera cinta, sino más bien como una prolongación de la misma, aunque tampoco acaba llegando a buen puerto.
Esto no quita que la película sea entretenida, que se pase como un tiro y que algunas escenas de acción estén bien, es cierto. El planteamiento de “divorcio” y amor entre Eddie y Venom funciona, pese a haber visto este tipo de conflictos miles de veces antes.
Cumple, hay un par de escenas tras los créditos que sugieren un inminente cruce con el Spider-Man de Tom Holland, que se está haciendo de rogar y mucho.
Esperaba bastante más, podría haber sido un producto mucho más redondo y se acaba quedando a medio gas en todo. Venom sigue molando, pero esta vez es inevitable apreciar el patinazo que esto ha supuesto.
¿Recomiendo verla?, si, por supuesto, pero id con las expectativas bastante bajas. Empiezo a temer por la tercera parte de esta historia. Y los problemas que he explicado más arriba acaban lastrando un filme que como digo, podría haber dado muchísimo más de sí. Decepcionante.