Sonja Henie es una de las mejores atletas que ha visto el mundo. Como patinadora de hielo profesional ha conseguido la friolera de tres medallas olímpicas, además de ser considerada como la madre de la reinvención del deporte. Sin embargo, Sonja quiere ir un paso más allá. La patinadora quiere irse a Hollywood y convertirse en una estrella de cine, algo que acaba consiguiendo. Su primera película consigue, en el momento, ser el largometraje que más entradas había conseguido vender. Sin embargo, la fama es algo emífero y Sonja empieza a darse cuenta de ello en primera persona.