Crítica de SensaCine.com para Pink Flamingos: La película más inmunda del mundo

'Pink Flamingos' representa la cima del cine underground trash de los setenta. John Waters se rodeó de una troupe de colaboradores habituales que encabezaba Divine para rodar por cuatro duros (esto sí era cine low cost) y en un descampado en las afueras de su ciudad este film sobre la persona más inmunda del mundo. Entre los personajes que pululan dentro y alrededor de la caravana donde habitan los protagonistas encontramos a una madre comedora compulsiva de huevas, una voyeur, unos traficantes de heroína que secuestran bebés para venderlos a parejas lesbianas y, por supuesto la propia Divine que no va a dejarse arrebatar fácilmente el título de persona más inmunda del mundo.

Contracultural de cabo a rabo, la película empieza con una dedicatoria a parte de la familia Manson y acaba con la famosa escena en que Divine se come una mierda de perro. Secuencia que, a estas alturas, algunas todavía no hemos sido capaces de contemplar en toda su integridad.

A favor: su saludable tono de melodrama trash despendolado.

En contra: No resiste demasiado una revisión fuera del ambiente sesión golfa.