Opiniones sobre Judas y el mesías negro

La película es buena pero tengo una sensación muy extraña. Sin haberla visto anteriormente es como si ya la hubiera visto.

Interesantísimo film sobre la figura de Fred Hampton y su indiscutible carisma, motivo por el cual el FBI intentó desacreditarlo de todas las formas posibles. Lo primero que destaca es el magnífico retrato que Daniel Kaluuya nos presenta del personaje (en mi opinión un Oscar bastante merecido, sin quitar mérito al resto de candidatos), y el magnífico contrapunto de Lakeith Stanfield encarnando a William O´Neal, el infiltrado en los Panteras Negras. La ambientación, la banda sonora, vestuario, todo está perfectamente encajado y Shaka King dibuja sin tapujos la manipulación política oficial y el ataque del sistema a todo lo que les huela a cambio social.

PD: Cosa distinta es la polémica que más o menos se haya podido generar en las redes sociales con la candidatura de Kaluuya y Stanfield como actores de reparto en lugar de como actores principales. Pero esas cuestiones son decisión de productoras y demás, no incumben a la actuación ni al film en sí.

Película USA del 2021, de una duración de 126 minutos, con una valoración de 6/10, bajo dirección y guión de Shaka King, con un presupuesto de 26 millones. Thriller Biopic.

El guión nos situa ante la historia de un líder popular socialista estaunidense carismático de medio oeste estaunidense de finales de los 60, que conmovio la perspectiva social, aunque sea desde el punto de vista del judas que hizo enturbiar el mensaje y el legado, ante la necesidad evolutiva de una figura que quiso cambiar el lalor y el orden de las razas. El director Shaka King ha encontrado en Daniel Kaluuya y LaKeith Stanfield los vehículos perfectos para relatar el éxito del legado de Fred Hampton, el joven presidente de 21 años del Partido Panteras Negras (BPP) y la Coalición Arcoíris (Rainbow Coalition) de Chicago Illinois, y el juego sucio de un sistema, que en cada movimiento, da la razón a los que intentan desenmascarar el sisma racista, capitalista, y policial del gobierno, con un FBI mafioso.

El largometraje explica la idiosincrasia de una compleja revolución economico-social a través de los principales responsables de su auge y caída. Su ambición histórica contrasta con un funcional apartado artístico, que envuelto en sus energicos intérpretes, se rinde antes de compararse con cineastas decididos a engalanar su narrativa. Unido a la intención de la dirección, a la hora de limpiar historicamente la perspectiva de un nombre pinzoñosamente enmohecido por sus agresores, por lo que nos incita en preguntarnos mentalmente, si en esta ocasión, hubiése necesitado ampliar el relato a base de episodios vertebrales semanales, con los que disfrutar más dilatadamente de la historia que nos interpretan Kaluuya y Stanfield.

Todo lo relacionado con el atentado, resuelto ante la imposicion de fuerza a golpe de disparos en mitad de la noche a los Panteras Negras. Podía haber sido perfectamente una cinta oportunista ante un simple biopic al uso. Pero por suerte, el film de Shaka King no es nada de eso, ya que estamos ante un intenso thriller que sabe muy bien cómo ir repartiendo el peso de la historia entre sus dos protagonistas, entre lo real y lo ficticio ante lo densitivo de sus personajes.

La película gana mucho al no ofrecer una visión sencilla en su transfondo, pues en otras películas similares se hubiese incidido en su faceta más negativa para buscar una mayor diferenciación entre héroe y villano en la historia. Aquí esa función recae más sobre el sistema policial COINTELPRO (Counter Intelligence Program), perfilándose además con acierto que ese rol de malos de la película va ganando importancia a medida que vayan subiendo posiciones en el escalafón, algo que además también se refleja muy bien en la evolución del personaje de Jesse Plemons, un seguro de vida que cuenta con el personaje más interesante de la función sin contar a sus dos protagonistas.

Lo mejor:
Daniel Kaluuya y LaKeith Stanfield dondo el 100% al servicio del relato y del recuerdo.

Lo peor:
La destacada bisoñez con la que se muestra la seguridad del BP