Antes de comenzar el rodaje de La Experiencia, su realizador Oliver Hirschbiegel se ocupó de documentarse ampliamente sobre los comportamientos humanos a través de libros, vídeos, informes y encuentros con psicólogos y psiquiatras. "Todo lo que se produce en la película debía ser posible", insiste.
Las escenas que tienen lugar en la cárcel se rodaron íntegramente en el sótano de una fábrica en Colonia, mientras que las escenas de exteriores se rodaron en las calles de la ciudad.
Basada en una historia real, conocida como el Experimento de la prisión de Stanford.