Últimas opiniones sobre Los elegidos

"Los Elegidos" es una entretenida comedia negra policíaca, dirigida por Troy Duffy y protagonizada por Willem Dafoe, Sean P. Flanery y Norman Reedus. Luego de experimentar una epifanía, los hermanos irlandeses Connor y Murphy MacManus, junto a su amigo David Della Roco, deciden librar a la ciudad de Boston de los criminales que la asolan, mientras son perseguidos por un agente del FBI. La génesis del film, se remonta hacia 1995 cuando el músico Troy Duffy se trasladó a Los Ángeles para continuar con la carrera de su banda, "The Brood". Mientras buscaba conciertos y trabajaba en un bar para solventar gastos, Duffy presenció cómo la policía estaba sacando a una mujer muerta del departamento de un traficante de drogas del barrio. Impactado y molesto por lo que él consideraba los responsables de dicho crimen debían pagar con su vida, cogió el teclado y se puso a escribir un guión en donde un grupo de extraños justicieros inician una carrera para limpiar la ciudad de Boston del crimen organizado. Duffy había completado el guión en el otoño de 1996 y lo presentó a New Line Cinema, Paramount y Miramax Films, quienes le compraron el guión y le ofrecieron un presupuesto de US$15 millones, además de permitirle componer la banda sonora a su banda The Brood y convertirse en copropietario del bar J. Sloans, donde trabajaba Duffy. No obstante, Miramax luego echó pie atrás y Duffy terminó aceptando la oferta de la productora independiente Franchise Pictures.

Claramente inspirado en filmes como “Pulp Fiction” (1994) de Quentin Tarantino, o “The Usual Suspects” (1995) de Bryan Singer. La cinta tiene un inicio notable y prometedor con una premisa original, pura acción, diálogos surrealistas y altas dosis de humor negro, con la escena en la que los hermanos McManus se ven mezclados en un inesperado conflicto en un bar con unos rusos mafiosos, a quienes terminan por darles su merecido lanzándoles un inodoro desde la azotea del edificio en donde viven y dejándose caer sobre ellos desde el mismo lugar cual superhéroe asiduo a las acrobacias. Sin embargo, conforme avanza la trama, especialmente hacia la mitad el film comienza a bajar ostensiblemente las revoluciones y a sufrir una serie de altibajos en el ritmo de la acción que coinciden con el protagonismo del locuaz y, por momentos, irritante Rocco. El personaje, tan impetuoso como imbécil, en sí no es un lastre para la trama, de hecho, sirve como vehículo para las secuencias de comedia negra más pura. Sin embargo, funciona siempre y cuando estén involucrados los MacManus, que tratan de calmarlo y encauzarlo ya que será gracias a sus estupideces y malas acciones que los hermanos irlandeses estén a punto de caer en las manos de Smecker y su equipo policial, en donde también hay cretinos como Greenly.

No obstante, la película tiene, en cualquier caso, varias secuencias graciosas en que el humor negro engancha al espectador a pesar de los problemas del guión. Además del divertido prólogo con los MacManus haciendo cargo de los mafiosos rusos, están las secuencias en las que irrumpen accidentalmente por un conducto de ventilación en el cónclave de la mafia rusa celebrado en un hotel terminando con todos gracias a una soga, la estrepitosa y violenta visita de los tres justicieros a un strip club en donde reparten plomos entre luces de neón, voluptuosas mujeres desnudas y espejos y, por supuesto, el clímax en el que Smecker se viste de prostituta para ayudar a los MacManus a acabar con Giuseppe "Papa Joe" Iacavetta y Il Duce, contratado por él mismo, revela su verdadera identidad. Desde luego que la cinta no es redonda, tiene defectos, sobre todo cuando pretende ser profunda, le falta aún más valentía a la hora de reírse de sí misma, los abusos de la violencia mezclándola con los "santos vengadores" no se pueden tomar más que como un pulp. Se filmó entre agosto y septiembre de 1998 en Toronto y Boston principalmente y como ya señalé la banda sonora estuvo a cargo de la banda del propio Duffy, The Brood, quien aportó dos canciones, "Holy Fool", que se escucha durante el tiroteo en la taberna de Rocco, y "Pipes", que suena durante los créditos. El score estuvo a cargo del canadiense Jeff Danna.

Las actuaciones son correctamente interpretadas por Sean P. Flanery y Norman Reedus, los hermanos MacManus surgirán como un par de ángeles justicieros dispuestos a acabar con la mafia y sus negocios. Una secuencia que no tiene desperdicio, que además se ve fuertemente potenciada por la brillante y surrealista presentación de Willem Dafoe, como el detective del FBI Paul Smecker y sus particulares, espectaculares y asertivos métodos de deducción para reconstruir los hechos en la escena del crimen. Además de Flanery y Reedus, que recuerdan ciertamente a Jules Winnfield de “Pulp Fiction”, personificado por Samuel L. Jackson, por su ritual de citas bíblicas, el reparto incluyó al cómico David Della Rocco que se interpreta a sí mismo. Billy Connolly encarna a Il Duce, sicario de la familia Yakavetta. Bob Marley como el molesto detective Greenly. David Ferry es el detective Dolly. Brian Mahoney como el detective Duffy. Carlo Rota encarnó a Don "Papa" Joe Yakavetta, el líder de la familia Yakavetta. La estrella porno Ron Jeremy como Vincenzo Lapazzi, la mano derecha de "Papa Joe". Y Gerard Parkes es Doc, el dueño de un bar irlandés, que sufre del síndrome de Tourette.

En definitiva, una aceptable y divertida comedia negra que tiene en su premisa original, cierta desfachatez y a Willem Dafoe sus mejores cartas para una experiencia satisfactoria. Dado que tiene un contenido que puede prestarse a discusiones religiosas, éticas y filosóficas, realmente puede generar controversias. Sin embargo, es una película rica en matices y con unos planos tan arriesgados y poco comerciales que es, en su segundo visionado, cuando por fin comprendes lo que Duffy te quiere transmitir.

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Historia poco creíble y sin sentido desde el papel de los matones hasta el del policía experto en nada que va adivinando las pistas por inspiración divina.