Paul Gauguin fue uno de los mayores exponentes del postimpresionismo y ha pasado a la historia por el reflejo de la sociedad de Tahití en sus cuadros. Gauguin abandonó su vida en Francia por la de la Polinesia Francesa, tras perder su trabajo cuando quebró la bolsa. Buscaba alejarse de cualquier trazo de burguesía, a la que acabó aborreciendo. En su viaje hacia la esencia de la vida y el arte, buscaba desesperado la autenticidad y la exploración cada vez más profunda de una naturaleza exuberante y sensual.
En Gauguin en Tahití. Paraíso perdido se muestra más allá de la vida del pintor, siendo un reflejo de su fracaso cuando vio que no pudo liberarse de sus orígenes y de las ambiciones y privilegios del hombre moderno.