Crítica de SensaCine.com para El padre: El triunfo del amor, a pesar de todo

El dramaturgo y realizador francés Florian Zeller adapta su exitosa obra teatral Le père que se estrenó en 2012 y se representó hasta 2015; y que llegó a ganar diferentes Premios Molière, includo a Mejor Obra en 2014, a la gran pantalla con el éxito que supone lograr seis nominaciones a los Oscar con El padre. Es su ópera prima como director, ya que está es el primer largometraje en el que además de estar al cargo del guion se coloca detrás de las cámaras.

El largometraje sigue a Anthony un hombre que padece demencia senial y que poco a poco está comenzando a perder la consciencia de su realidad. Está olvidando a pasos agigantados todas sus vivencias y recuerdos y, sobre todo, a todos los que un día formaron parte de su vida, como su hija Anne. Ella deberá cuidarle tras perder a su última cuidadora, pero debe tratar de encontrar una sustitua ya que había hecho planes con el amor de su vida para marcharse a vivir a París.

Con producción británica y dos grandes de la interpretación como absolutos protagonistas: Sir Anthony Hopkins (Los dos papas) y Olivia Colman (The Crown) son fundamentales en la película. En el papel del padre enfermo y la hija abnegada, mientras él ve cómo el mundo se convierte en un laberinto aterrador al que se le van borrando las huellas, ella es la protagonista de la disolución hacia la nada existencial de su figura paterna.

El padre posee dos cosas con las que me suelo atragantar: el cine de enfermedades degenerativas y las actuaciones estridentes que acaban siendo nominadas al Oscar (prefiero, de largo, los silencios de Colman que los gritos de Hopkins). Pero Zeller no juega mal sus cartas a la hora de poner en escena la demencia -ese juego de actores cambiantes- y, pese a que veces pica de cruel, en general podríamos decir que en esta película acaba ganando el amor, por difícil que este sea en ocasiones.