En 1962, siendo alumna de un internado, Martha Coolidge,fue violada a los dieciséis años. 12 años más tarde, convertida en cineasta, aborda la experiencia en su primer largometraje: una mezcla de recreación y documental, que explora el suceso en sí y sus consecuencias. Todo empezó cuando Coolidge, junto con tres de sus compañeras de colegio y un joven de 21 años apodado Curly, se dirigieron a Nueva York para asistir a una fiesta, emborrachándose por el camino. La fiesta continúa en un apartamento y, sin que los demás se den cuenta, Curly lleva a Martha a otra habitación, donde el joven -más y fuerte- la viola. Mediante este 'metaformato' el reparto y al equipo, así como al público de la película, consigue un enfoque prosaico de unos acontecimientos cargados de emociones.