Aunque el estilo de Cahill sea crear películas sobre simulaciones, creo que esta película, más bien representa la problemática de los transtornos mentales, agravados por el consumo de alucinógenos. Estas drogas pueden llevar a una persona a distorsionar su realidad y hacerle creer que todo lo que vive es falso y que puede cambiarlo, consumiendo. Inclusive, hacerlo caer en el más miserable de los abismos humanos. Claramente, Isabel es una mujer tóxica, malviviente y drogadicta que manipula a Gregg, aprovechándose de sus recientes problemas y debilidad mental. Desde el principio le hace creer que ella es el personaje de sus dibujos y que si consume unas pastillas doradas o cristales, que le suministra un traficante, él va a cambiar su falsa realidad y tener súper poderes. Al final, Gregg, se da cuenta de su error, huye de Isabel y busca ayuda en un centro de rehabilitación, entendiendo que el amor y preocupación de su hija es lo único real y verdadero que tiene. A mí me pareció una gran reflexión sobre la doble realidad que se vive ahora. La recomiendo!!!!