Crítica de SensaCine.com para Al diablo con el diablo: El diablo era mujer

En el año 1967, el director de comedias y musicales Stanley Donen estrenó 'Bedazzled', una especie de actualización de Fausto en el que un hombre conseguía siete deseos del diablo, para tratar de conseguir a la mujer que amaba, pero siempre que pedía un deseo, el diablo lo interpretaba de manera maliciosa. La película triunfó más que por su calidad porque por el medio aparecía Raquel Welch con poca ropa interpretando a la tentación.

Para el remake se quedaron con lo de la poca ropa y ya tenemos directamente a Elizabeth Hurley interpretando a un diablo muy provocador, que juega con los sentimientos amorosos de Brendan Fraser. Los siete deseos se convierten en siete realidades alternativas de pesadilla, debido a que el protagonista no enuncia con suficiente detalle lo que quiere. Entre los mundos alternativos más graciosos están aquel en el que Fraser se convierte en una estrella del baloncesto con cierta discapacidad física. O aquel otro en el que termina como narcotraficante colombiano, hablando en español (algo que el doblaje en castellano no supo interpretar correctamente). Así, la película trata sobre un hombre humillado en busca de la mujer que ama, y del poder que las mujeres ejercen sobre los hombres.

A favor: Liz Hurley bomba sexual.

En contra: Que al final resulte repetitiva con tanta sucesión de realidades alternativas.