Babylon (2022).
“No te conviertes en una estrella. O lo eres o no lo eres.”
El director de la exitosa “La La Land” (2016) y de la obra maestra “Whiplash” (2014) nos presenta su último trabajo, en el cual hace una feroz crítica al Hollywood de los años 20 y 30, contándonos una larga historia sobre el mundo del cine desde el punto de vista más sórdido.
“Jamás había visto tal torbellino de mal gusto y magia pura."
Para lograr su propósito, Damien Chazelle (guionista también de su película) cuenta con un excelente reparto coral encabezado por la brillante Margot Robbie y el incombustible Brad Pitt, en los papeles de una estrella recién descubierta y un actor de renombre en su ocaso profesional. Junto a ellos, secundarios de la talla de Toby Maguire, en un papel tan depravado como el resto del filme; Max Minghella, hijo que fuera del gran cineasta Anthony Minghella; Eric Roberts, luciendo canas; Lukas Haas, inolvidable amigo infantil de E.T. y la siempre bella Olivia Wilde, entre otros.
“Esto es lo que hace un puto animal degenerado de Jersey."
La cinta, repleta ya de nominaciones a los premios más prestigiosos de la industria del celuloide, nos lleva a la California de los años del cine mudo para mostrarnos el mundo de lujuria, drogas, perversión, escatología, racismo e intereses en que se movían (y se mueven) la veneradas estrellas de cine. Y el personaje de Margot Robbie es el máximo exponente de este sucio universo.
Aunque con un metraje excesivo -más de tres horas-, Chazelle deja su firma personal en su obra con una fotografía de calidad (quizá algo oscura en ocasiones, pero acentuando así los más bajos instintos del ser humano), unos planos secuencias estupendos y unas tomas excelentes. Además de todo lo expuesto, la música ambientada en las décadas de los locos 20 y los 30, el vestuario, el diseño de producción y los efectos de la ILM de George Lucas dan fe de una factura al nivel de los premios a los que opta.
Lo mejor: la interpretación de su protagonista femenina, Margot Robbie.
Lo peor: la paranoia desquiciada a lo Darren Aronorsky en que se convierte el film.
Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6,5