"Maligno" es un entretenido y eficiente film de terror sobrenatural y terror psicológico, dirigido por James Wan y protagonizado por Annabelle Wallis. Madison es una mujer embarazada que vive en Seattle junto a su pareja, quien tras una discusión termina golpeándola en la cabeza contra la pared. A partir de entonces, la mujer empieza a tener visiones sobre unos espeluznantes asesinatos, que de alguna manera están conectados a ella. Tratando de encontrar respuesta ante la presión de la policía que sospecha de ella, descubrirá una espeluznante realidad. Los orígenes de "Malignant" (2021) se remontan al prolífico y vertiginoso período laboral de 2018 a 2019 del director malayo James Wan, cuando en medio de sus labores de producción en "Insidious: The Last Key" (2018), "The Nun" (2018), "The Curse Of La Llorona" (2019) y "Annabelle Comes Home" (2019), además de dirigir "Aquaman" (2019), New Line Cinema anunció que el director produciría y dirigiría una nueva película de terror sobrenatural a partir de un guión de Akela Cooper y J. T. Petty, basado en una historia original que Wan había escrito junto a su esposa, la guionista y productora rumana, Ingrid Bisu.
La historia base propuesta por el recientemente conformado matrimonio Wan se centraba en la fascinación de Bisu por las anomalías médicas, lo que la había llevado a estudiar la leyenda de Edward Mordake, de la cual hablaré más adelante. Además, Wan quería que la película, un thriller de temática sobrenatural, tuviera una esencia «neogiallesca» en homenaje al maestro del terror y el giallo italiano, Dario Argento. Finalmente, con el retiro de Petty, Cooper se quedaría con el crédito exclusivo del guión y Wan se abocaría a coordinar la producción del film junto a Michael Clear, con su propia productora, Atomic Monster, responsable de la factura de todo el universo de "The Conjuring" (2013-a la fecha). Como ya adelanté, la base narrativa para este film, en especial para configurar al personaje de Gabriel, se inspira en una oscura y antigua leyenda urbana británica. Edward Mordake habría nacido en el siglo XIX en Inglaterra, siendo heredero de un título nobiliario que jamás reclamó, debido al tormento que le producía el haber nacido con una cara adicional ubicada en su nuca. Esta cara no podía ver, comer, ni hablar en voz alta, pero se decía de ella que se burlaba mientras Mordake estaba feliz y sonreía cuando lloraba. El desgraciado hombre habría solicitado a varios médicos que le quitaran "su demoníaca" cara adicional, señalando que esta le susurraba por las noches cosas de las que "uno solo hablaría en el infierno". Pero ningún galeno se atrevió a hacerlo. Finalmente, desesperado, se habría suicidado a los 23 años. Si bien no hay certezas de que sea una historia verídica, este caso aparece en un artículo de 1895 del Boston Post escrito por Charles Lotin Hildreth y en la enciclopedia médica "Anomalies And Curiosities Of Medicine" (1896) de los doctores George M. Gould y Walter L. Pyle.
De esta forma, cuando todo parece haber sido abordado en el género, Wan ofrecería una propuesta original y novedosa, rescatando una antigua y tenebrosa leyenda del olvido, que habría inspirado, de una forma mucho menos fiel, pero muy recordada entre los cinéfilos y seguidores del cine trash, la realización del clásico underground "Basket Case" (1982) de Frank Henenlotter. Sin embargo, James Wan propone algo novedoso y lo hace en base a conceptos narrativos sólidos de terror psicológico, donde (re)surgen los traumas infantiles, repercute el abuso marital, aflora la violencia intrafamiliar y todo desemboca en un sentimiento de vulnerabilidad y (auto)culpa que atormentan a su protagonista, una mujer que sufre en varios frentes, de presente complejo y un pasado que se resiste a ser más que un recuerdo borrado de la niñez. Porque Madison es una mujer que debe soportar el abusivo comportamiento de su esposo, quien la culpa de su imposibilidad de llevar a buen término el proceso de embarazo. Con dos abortos, en su tercer intento Madison sufre un episodio de violencia intrafamiliar, un golpe en la nuca concretamente a partir del cual comienza a experimentar terroríficas visiones de crímenes que creen son fruto de su imaginación, pero que terminan revelándose como auténticas, primicia que el film parece tomar de películas como "Eyes Of Laura Mars" (1978) de Irvin Kershner. Contrariada por tener esta "facultad", que paradójicamente la sitúa como sospechosa, termina descubriendo espeluznantes sucesos en su niñez que habrían permanecido dormidos durante años hasta ese momento. Madison, interpretada sólidamente por Annabelle Wallis, comienza, entonces, a experimentar con más frecuencia estas pesadillescas visiones en las que advierte una presencia maligna que no sabe si existe realmente o es parte de un delirio, como le ocurre a Barbara Hershey en "The Entity" (1982) de Sidney J. Furie.
Probablemente, lo más interesante de toda la cinta, aparte de que es un viaje al terror psicológico, es que se trata de una propuesta que invita a reflexionar sobre la fragilidad de la mente humana, la naturaleza de los traumas y la lucha por la identidad. Este último elemento resulta esencial ya que Madison se encuentra inmersa en una lucha por comprender quién es y dónde encaja en el mundo. Al dolor que significó la muerte de su hermana, sumará, como veremos luego, un traumático episodio de su niñez que vuelve a atormentarla y que pone en jaque todo lo que creía acerca de sí misma. De esta forma, la historia muestra cómo la identidad es un proceso continuo y necesariamente fácil de llevar, una búsqueda progresiva que puede traer sorpresas agradables y otras no tanto, y que nunca es demasiado tarde para (re)descubrir quién realmente somos. Otro elemento relacionado con lo anterior y a destacar es la (auto)empatía, recordando que todos hemos tenido que luchar alguna vez en nuestras vidas con demonios internos y que no se debe juzgar a los demás por ello, sino empatizar y brindar el apoyo que necesitan para sanar. Otra de las cuestiones que hace de este film interesante y original es la incorporación de otros géneros a su esencia de terror psicológico, como la ciencia ficción y la acción. Al brutal elemento terrorífico del gemelo parasitario, cuyas secuencias de archivo de la Madison niña en estudio y procedimientos clínicos resultan entre fascinantes, espeluznantes y morbosas, hay que agregar un elemento inesperado y atípico para este tipo de películas y, en general, en la filmografía de Wan, y me refiero al elemento de acción.
Los más puristas lo criticaron duramente por el dinámico epílogo en que finalmente Gabriel se muestra con todas sus capacidades físicas de contorsión y rapidez sobrehumanas ante la policía, que no pocos compararon con la secuencia final de "Kingsman" (2014) de Matthew Vaughn, pero la verdad es no deja de ser un componente interesante y novedoso, que va de la mano con la misma propuesta narrativa. De hecho, dentro de todo lo fantástica que es la trama, estos elementos de acción justifican el modus operandi, eficacia y brutalidad con la que actúa Gabriel al cometer los crímenes y que lo convierten en un asesino con claras influencias del giallo italiano por su sagacidad y anonimato, además de compartir otros estereotipos como su aparente capacidad para estar en más de un lugar a la vez y utilizar una indumentaria clásica, elementos prototípicos de los films de Mario Bava, Dario Argento y otros maestros del género. Para recrear al diabólico Gabriel, Wan pensó en una virtuosa combinación de efectos prácticos y digitales y vaya que lo logró. Para ello contrató a Spectral Motion, cuyos especialistas crearon las espeluznantes versiones de Gabriel en su forma de gemelo parásito infantil y adulta y la reconocida Industrial Light & Magic para los retoques digitales, especialmente para otorgar mayor realismo a las expresiones faciales de Gabriel que resultan realmente perturbadoras. Para ello se escanearon las diversas prótesis faciales de Gabriel y se trabajó el movimiento por capas «digitales», por así decirlo.
De hecho, la secuencia en que se ven las grabaciones clínicas con Gabriel adosado a la nuca de una Madison niña y moviéndose como una alimaña asquerosa y demoníaca es de los mejores momentos de la filmografía de Wan. Iván Busquets, supervisor de ILM, explicó en una entrevista que también se consideró la elaboración de prótesis invertidas para los movimientos de Gabriel, pero que fue necesario reforzarlos con CGI para darle mayor dinámica y rapidez al engendro, en un paradójico objetivo, hacerlo parecer real, pero al mismo tiempo sobrenatural. Wan trabajó principalmente con la actriz de riesgo Marina Mazepa, especialista en contorsionismo, a quien se grabó con captura de movimiento como base de los retoques digitales. La producción del film comenzó oficialmente el 24 de septiembre de 2019 y el rodaje se completó antes del 8 de diciembre del mismo año. Estaba programada para ser lanzada en Estados Unidos el 14 de agosto de 2020 por Warner Bros. Pictures, pero debido a la crisis provocada por el COVID-19, el estudio cambió su fecha de estreno en favor de "Wonder Woman 1984" (2019), quedando esta fuera del calendario. Finalmente, se estrenó el 10 de septiembre de 2021. Con una recaudación de US$35 millones a partir de una inversión de US$40 millones, la película fue un fracaso comercial, sin embargo, he de decir que claramente se vio perjudicada por la decisión de reemplazarla en su fecha de estreno. De hecho, recibió críticas mixtas, al punto de ser considerada por algunos críticos como una autoparodia. Como es de costumbre en los films de Wan, Joseph Bishara (The Conjuring, 2013), fue el encargado de componer la música para el film y debo decir que logra una notable combinación de sintetizadores espeluznantes, distorsión digital, cuerdas y coros góticos, es decir, una eficiente combinación de partituras de la vieja escuela y toques modernistas principalmente de sintetizadores.
Las actuaciones son correctas, Annabelle Wallis destaca como la atormentada y conflictuada Madison adulta que tiene que hacer frente con recuerdos traumáticos que regresan para complicar más su presente, y cuya versión infantil fue interpretada por McKenna Grace. Le acompañan Maddie Hasson como Sydney Lake, hermana de Madison. George Young encarna a Kekoa Shaw y Michole Briana White como Regina Moss, la pareja de policías que investiga el caso. Jacqueline McKenzie interpreta a la Dra. Florence Weaver y Jake Abel como Derek Mitchell, el abusivo esposo de Madison.
En definitiva, una entretenida, aunque podríamos decir atípica cinta de terror psicológico, que incorpora elementos de ciencia ficción y acción, pero que tiene un discurso ciertamente reflexivo sobre la identidad y la lucha contra nuestros demonios internos.
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