Cada diciembre, entre los días de Navidad y Año nuevo, Edgar (Otávio Müller) y Marta (Gisele Fróes) organizan una celebración familiar en su lujosa casa de verano junto al mar. En 2015, todo parece ir bien, a pesar de algunas llamadas tensas y un visitante que viste un monitor de seguimiento en el tobillo. En el 2016, la fiesta anual es abruptamente cancelada. En ese momento, las personas que rodean a la órbita de los ricos y poderosos se hacen invisibles. A través de una empleada doméstica, Madá (Regina Casé), y el padre de Edgar (Rogério Fróes), un olvidado anciano, se ve un retrato del Brasil contemporáneo justo antes de la tragedia del 2018.
Sandra Kogut es la directora de este filme, que co-escribe junto a Iana Cossoy Paro.
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Reflejo social de Brasil
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