Coctelería de géneros en el siglo XVIII
por Nestor HidalgoChristophe Gans rentabilizó muy bien el pequeño éxito de 'Crying Freeman: los paraísos perdidos' (1995) haciéndose cargo de esta producción de cine histórico con tintes sobrenaturales basada en la leyenda de la Bestia de Gévaudan. Al parecer, entre 1765 y 1767, dicha región francesa se vio acosada por los brutales ataques de un descomunal cuadrúpedo con aspecto de lobo que mataba a los campesinos. La historia es material de primera para una bande dessinée audiovisual como la que invoca Gans al demostrar que en su cóctel caben todos los géneros posibles: el retrato histórico, el folletín sentimental, la amenaza sobrenatural, el terror, las conspiraciones palaciegas, las sociedades secretas, el erotismo softcore, la brujería... ¡e incluso el kung fu con sus propias escenas standalone!
La leyenda de la Bestia de Gévaudan ha sido utilizada como base o inspiración de novelas e historietas de carácter indudablemente pulp desde el mismo momento de su propagación a través de la tradición oral en el siglo XVIII. 'El pacto de los lobos' puede ser su más acertada adaptación al cine de gran espectáculo gracias al buen puñado de ideas grotescas que, sin la menor vergüenza, convergen en sus imágenes, como el brazo deforme del conde que interpreta Vincent Cassel o la imaginación desbocada aplicada al diseño de las armas que utilizan los personajes, como el abanico-puñal de Monica Bellucci. Un espectáculo desvergonzado y tremendamente efectista que, sin embargo, sabe mantenerse como entretenimiento con clase.
A favor: La mezcla de géneros y el ímpetu formal.
En contra: Precisamente, la mezcla hace que el ritmo se resienta y la narración avance con vaivenes.