La última vez que vimos a Robert Zemeckis
por Diana AlbizuAunque con la entrada en el siglo XXI el director Robert Zemeckis se obsesionara con la captura en movimiento y pasara a dedicarse casi exclusivamente a las películas de animación realizadas con dicho proceso, antes de que sucediera entregó un último largometraje que mantenía puntos de unión con otros títulos de su carrera capaces de aunar protagonistas individuales interpretados por estrellas y desafíos técnicos en el campo de los efectos especiales (en concreto, pienso en las inmediatamente anteriores 'Forrest Gump' y 'Contact'). El 80% del metraje de esta emocionante historia de superación humana está mantenido por Tom Hanks en solitario, atrapado en una isla desierta después de que el avión donde viajaba tuviese un accidente y él fuera el único superviviente.
Pese a que muchas veces Hanks es dado a la sobreactuación que pulsa los resortes más sentimentales del público, en esta ocasión demuestra ser un intérprete de primera (ganó el Globo de Oro por su actuación, pero en los Oscar sólo llegó hasta la nominación) dotando de una gran humanidad a su personaje, mensajero infatigable y superviviente improvisado pero inteligente. Habrá quienes consideren que la presencia del balón Wilson como interlocutor es un elemento que va más en beneficio de la audiencia que de la salud mental de Chuck Noland, pero teniendo en cuenta la liga mainstream en la que se mueve esta producción, es de agradecer esa decisión en vez de una más peligrosa voz en off para conducir la narración.
A favor: El epílogo en tierra firme es de una gran madurez y contención...
En contra:... hasta el auténtico final de la película, que se vuelve inutilmente manipulador.