Película española del 2021, de una duración de 122 minutos, con una valoración de 4/10, bajo dirección de Manuel Martín Cuenca y guión Alejandro Hernandez, historia de Félix Vidal. Thriller dramático.
El filme incluye a dos grandes actores de nuestro panorama actual, Javier Gutiérrez (Javier) y Patricia López Arnaiz (Adela) con una buena interpretación de malos manipuladores bien lograda. Estos interpretan a un matrimonio que vive aislado en un expetacular paraje de la sierra de Jaén, en la que refugian en su casa a una quinceañera conflictiva alumna de Javier que está embarazada.
Irene Virgüez (Irene) no me termina de encantar ni me hace creerme su personaje pues no resulta natural.
Parece un personaje confuso y falto de encanto que difilmente se conjuga con sus compañeros, y que no empatiza con el espectador ante
que parezca esa muchacha que está en un momento crucial y ha sido castigada por la vida.
creo que su guión no es fácil pues ejecuta a alguien con un profundo dilema. Pero le pasa factura la falta de tablas, tanto actoralmente como por edad.
Como decía al principio, en el reparto hay talento, pero el guión no nos expone gran cosa.
Al poco de empezar ya sabes qué intenciones tienen unos y otros y en ese momento empieza a perder fuerza la historia, envuelta en un ritmo lento.
Lo siento pero me cuesta encajar en esta película sus alargas secuencias y planos de manera innecesaria, sin que estos aporten matices a la trama. Sobre todo cuando no cabe aguardar más giros o cuando es fácil de predecir lo que intenta contar.
El ultimo giro es lo único sorprendente, y lo hace bajo un tono inverosímil, transformando a la protagonista de forma exagerada, lo que le quita realismos y dejando un final un tanto forzado.
El metraje tiene cuestiones destacables como el penetrante colorido de la naturaleza jienense que explota el filme, o el partido que le sacan a la fotografía cuando esta se tiñe de grises.
Pero si hablamos de momentos contemplativos es López Arnaiz quien nos da algunas miradas en las que aguanta el plano transmitiéndonos mucho. Con los duelos entre ella y Virgüez nos llega un discurso moral importante, pero escasamente explorado.
A la línea argumental le falta solidez, pues en ‘La hija’ se juega mucho con los deseos de sus personajes, pero se estiraria mas su idea que si hubiese tenido más sorpresas o se hubiese mojado con temas actuales tenido mucho más jugo que extraer. Como también le falta una mejor construcción de complices de su trama ante como legalizar el nacimiento.
Un veterano policía muy torpe, que aunque tiene serias sospechas, uno termina preguntándose que pintan en la historia. Y es que a este guión las subtramas le hace cojear.