Mercenario y estafador. Así es como se define Danny White (Nick Moran), un criminal que a lo largo de su vida ha cometido varios delitos. Sin embargo, esta vez a él y a sus colegas criminales se les ha ido la mano: han matado accidente a un millonario después de secuestrarlo. Tras caer en una emboscada, Danny resulta gravemente herido y decide esconderse en un lugar que hace años que no ve: la casa de su padre Alan (John Hurt), con el que lleva siete años sin hablar.
Cuando se reencuentra con su progenitor, descubre que ha llegado en un momento crucial. Su hermana Emma necesita un trasplante de corazón. Danny tiene el mismo grupo sanguíneo y podría ser el que salve la vida de su hermana. Cuando su padre le pide que lo haga, Danny acepta, pero con una condición: que Alan se haga pasar por el millonario asesinado, para que así su grupo criminal no vaya a la cárcel. A pesar del peligro, Alan acepta tan solo para salvar a su hija.
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