La década de los años setenta no fueron un momento sencillo en la Républica de Corea para ninguno de sus habitantes fruto de vivir en una de las mayores dictaduras del momento encabezada por el dictador Park Chung-hee (Lee Sung-min). Él será el responsable de controlar al servicio secreto coreano conocido por las siglas KCIA y mandará al director de la misma, Kim (Lee Byung-hun) a los Estados Unidos de América con una misión. Su propósito será tratar de impedir la publicación de las memorias del ex director de la KCIA. Sin embargo, Kim pronto comenzará a darse cuenta de que la copia que tiene del texto tiene mucha información altamente valiosa y le hará dudar de su trabajo en Corea.