Tony (Franck Dubosc) ha alcanzado ya los cincuenta años y desde hace varias décadas no es feliz, pero aguanta como puede. Todas las mañanas conduce un autobús escolar para ganarse la vida. Sin embargo, una mañana su vida cambia para siempre cuando está a punto de morir por culpa de un infarto. Este hecho le hará enfrentarse a su pasado e intentar recuperar a su hija, a la que abandono hace casi veinte años. Por ello, comienza a asistir de incognito a las clases de baile de zumba que imparte ella.