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    El dilema de las redes
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    2 Críticas del usuario

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    Eber N
    Eber N

    723 usuarios 101 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 3 de septiembre de 2024
    Excelente documental que nos muestra el lado oscuro de la tecnología e internet, y la adicción que causa, en esta genial producción de Netflix, entrevistan a ex-empleados de Facebook, Instagram o Pinterest entre otras compañías, que han despertado y se arrepienten de haber creado tal monstruosidad, que afectan a la humanidad, sobretodo a la juventud. Hay una historia ficticia de una familia preocupada por la adicción que sufren sus hijos al abusar de los dispositivos electrónicos y de redes sociales, que es lo que sucede en el mundo moderno, vemos como sus seres queridos sufren cambios de humor, de TOC (trastorno obsesivo compulsivo), de aborregamiento, de exceso de dopamina, acaban viciados y no les importa nada mas que ver los comentarios y notificaciones de las jodidas redes sociales, día tras día, no ven mas allá de sus narices, se tragan un ilusionismo que no es verdad, y se dejan manipular por los algoritmos y contenidos que o son mentira o son maldad, les impiden pensar, escribir correctamente, relacionarse con gente de verdad y hacer cosas mas productivas. Este documental debe ser obligatorio de ver hasta en todos los colegios del planeta, sobretodo para los jovenes de hoy que están enganchados al puñetero móvil, hay que despertar.

    Yo antes era adicto a Facebook, me uní en 2008 solo por reencontrarme con viejos amigos del colegio y conocer a gente con los mismos gustos y pasiones que yo: cine y/o Batman, poco a poco sin darme cuenta perdía el tiempo sobretodo en mis días libres, subiendo y borrando fotos, poniendo comentarios en cosas buenas o malas, dando like o dislike, comprándome con la vida de otras personas, tragándome fake news, respondiendo messengers a la hora de dormir (a veces apagaba el móvil para coger el sueño), estando bloqueado por nada, y soportando insultos y falsas acusaciones de gilipollas que frecuentan grupos y paginas.

    Luego me uní a Twitter e Instagram y vivía en una pantomima, tenia TOC, me sentía controlado y olvidé vivir la vida, a penas seguía dibujando, lo digo porque el dibujo es un don que tengo desde los 7 años, siendo un niño en los 90, cuando no existían los móviles ni internet, dibujaba sin parar. Os dejo un enlace de mi blog, donde enseño mis obras https://eberartista.blogspot.com

    Durante el confinamiento de 2020 por la COVID-19 me borré de todas las redes sociales sin remordimientos (antes de saber de la existencia de este genial documental), acabé harto de toda esa mierda, no veía mas allá de un móvil o un ordenador, aquello fue una dulce apariencia, ahora me siento liberado y vivo la vida lo mas optimista posible, solo tengo YouTube (para subir mis cortometrajes) y WhatsApp (por trabajo y estar en contacto con familia y amigos), se acabó, me niego a unirme a otra apestosa red social. Jamás he tenido ni usado TikTok es imbecilidad. Admito que tengo cuenta de Tumblr pero solo por mostrar mis obras de arte al mundo, no para estar todo el día dale que te pego comentando o publicando fotos ridículas, si un día me harto, borro mi cuenta y se acabó.

    También he dejado de lado el móvil, no pienso estar pegado a una pantalla ni por 24 horas, lo he apartado de mi, si me lo llevo a todas partes fuera de casa es solo por escuchar música, vender trastos en Wallapop (hasta que decida si eliminar mi cuenta, o seguir vendido mas cosas que ya no uso), ver solo los videos adecuados (ya sea de YouTube o Amazon), o llamar en caso de vida o muerte, nada de tragarme porquerías de internet. Tengo iPad si pero solo lo enciendo cuando me voy de viaje. Ahora me dispongo a leer, dibujar y escribir guiones, solo cuando no trabajo.

    En ocasiones internet puede ser un mundo oscuro, si no se anda con cuidado de donde nos metemos, la mitad de lo que contiene es basura, suele ser una plataforma donde la gente vomita su rabia y desprecio, unos borregos que no tienen otra cosa que hacer que machacar a la gente débil (sobretodo las que tienen opiniones diferentes) por crueldad o por aburrimiento, por eso ya no tengo redes sociales y no suelo publicar tantas criticas en FilmAffinity, solo las justas, si me meto en vuestra pagina web, es solo para puntuar series, pelis o documentales, que me han gustado o decepcionado, haceros peticiones o en ocasiones leo las criticas de otros usuarios, y si alguna me gusta, me la guardo como favorita. La red que uso con frecuencia es YouTube porque creo que es la menos mala que hay.

    En esta era digital que nos ha tocado vivir nos estamos volviendo unos zombis enganchados a la tecnología, se repite la historia de cuando se inventó la televisión, que hizo creer a la humanidad que en ese aparato descubrirían un mundo nuevo y entretenido, pero se metían dentro de una caja de horror y mentiras, tragando basura e impidiéndoles pensar por si mismos y tener imaginación, poca gente se ha desenganchado de la tele. Por no hablar de la inteligencia artificial que es un algoritmo sin alma que roba parte de nuestra identidad, e impide a los humanos ser capaces de lograr cosas importantes por si mismos, como por ejemplo el talento para hacer arte a mano en vez de en una tablet u ordenador, todavía hay dibujantes como yo que usamos papel y lápiz, plasmar a mano lo que sentimos en una hoja si es puro arte, la IA esta quitando puestos de trabajo a los dibujantes.

    No quiero anclarme en el pasado pero antes vivíamos mejor sin móviles, ni IA, ni internet, entonces todo era mas fácil y no teníamos problemas, es mejor y muy aconsejable dejar por un tiempo de mirar tantos dispositivos y navegar tanto por internet, y buscarse otros hábitos o aficiones, porque la vida pasa muy deprisa, y el día que nos desenganchemos de la tecnología ya estaremos muertos. A saber que otros cachivaches se inventaran para idiotizar y manipular a la gente.
    Danybur
    Danybur

    2.496 usuarios 188 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 1 de octubre de 2020
    El dilema de las redes sociales es un docudrama que pretende abordar los verdaderos objetivos de las redes sociales, sus mecanismos de manipulación psicológica y social y sus consecuencias negativas sobre los individuos y las sociedades.

    Formalmente, el documental se maneja en dos planos:

    - por un lado, intercala una serie de reportajes a ex CEOs o creativos de Facebook, Google, Pinterest, Twitter y Uber, entre otras empresas (algunos aparecen como una suerte de "arrepentidos" en el sentido judicial del término), todos jóvenes, en su mayoría hombres, a algún gurú anti redes sociales y a algunos cientistas sociales. Las declaraciones de en ex "diseñador ético" de Google (foto), dedicado ahora a dar conferencias en contra de los manejos de las redes, aparecen como eje vertebrador del relato.

    - por el otro, inserta una dramatización bastante básica sobre una familia tipo centrándose en sus miembros adolescentes (foto), adictos al celular y las redes y un trío de "operadores" (a cargo, acaso en un guiño a los mecanismos de la publicidad, del actor de Mad Men Vincent Kartheiser) que, como en una de ciencia ficción, manipulan desde un "comando de las redes" a los personajes.

    El documental formula varias preguntas y responde sólo algunas, en torno a cuál es el objetivo verdadero de las redes sociales, cuál es el producto que venden y quiénes son sus clientes (a quienes no nombra).

    Desfilan una serie de conceptos y situaciones tratados más como enunciación que profundizándolos: la atención y el tiempo de los usuarios como producto, incidencia en las conductas, monitoreo, recolección y manejo de la data, modelos que predicen acciones, algoritmos, comunicación y tecnologías de manipulación, fidelización y adicción, inteligencia artificial, incidencia en la salud mental, polarización política de la opinión pública, fake news (significativamente, no da ejemplos), modelos de desinformación, difusión de ideas conspiranoicas (aparece lateralmente el covid-19 como tema), el tema de la verdad.

    La mirada del documental de Jeff Orlowski (que concentra sus municiones sobre Facebook y Google) es adversa a las redes o al modo en que se administran. Se echan en falta varias cosas: la ilustración con ejemplos concretos de algunos ítems (cuando lo hace, hablando de las notificaciones y las etiquetas, se pone mucho más interesante), una explicación más seria y abundante sobre los mecanismos de manipulación (algunos a cargo del trío siniestro). Significativamente, otras empresas, como las de streaming (como Netflix, je), también abusadoras del recurso algorítmico y la data, no son mencionadas.

    La segunda mitad del documental es más llevadera e incluye algunas propuestas centradas en la regulación y consejos finales para los usuarios.

    Uno de los cientistas afirma, en una declaración que excede largamente al tema de la película:

    "La ley va muy atrasada en estas cosas, no existe para la protección de los usuarios sino para proteger los derechos y privilegios de estas empresas gigantescas e inmensamente ricas. ¿Siempre vamos a ceder ante la gente más rica y poderosa? ¿Saben qué? A veces el interés nacional , los intereses de la gente, de los usuarios, son más importantes que las ganancias de alguien que ya es multimillonario"

    y otra firma: "estos mercados socavan la democracia y socavan la libertad; ésta [la referida a la regulación]no es una propuesta radical"

    Sin embargo, hay un aspecto tan obvio como importante que el documental no menciona: el uso de las redes sociales es gratuito y, precisamente, su viabilidad depende de los inversores que las contratan más que de los servicios premium y empresariales "oficiales" que ofrecen. ¿Serán sustentables con otro modelo más regulado?.

    En suma, un documental que funciona mejor como disparador, mediante la enunciación de los aspectos cuestionables de las redes sociales que en su tratamiento, sin profundizar demasiado en su descripción, ejemplificación concreta y formulación de los medios para remediarlos.
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