Crítica de SensaCine.com para Modelo 77: Canto a la libertad

En 1978, un grupo de presasos se fugó de la cárcel Modelo de Barcelona. Alberto Rodríguez y su colaborador habitual, el guionista Rafael Cobos, trasladan al cine esta historia real en Modelo 77, uno de los filmes imprescindibles del cine español de los últimos años.

Manuel (Miguel Herrán), el protagonista, es encarcelado en la cárcel Modelo de Barcelona por desfalco. A pesar de que su juicio nunca llega, podría enfrentarse a una pena desproporcionada por el delito que ha cometido. Además de él, el resto de presos se enfrentan a condiciones penosas y maltrato por parte de los funcionarios de prisiones. Manuel conoce dentro de la cárcel a Pino (Javier Gutiérrez) y junto a él y otros reclusos forman COPEL (Coordinadora de presos españoles en lucha). Comienza así una lucha por la libertad.

Rodríguez utiliza el drama, la tensión y el suspense para encarcelar al espectador dentro de las paredes de la prisión. La película te sumerge en los correderos de la cárcel, en su jerarquía interna, en las relaciones afectivas e interesadas entre los presos y en sus traiciones. La experiencia de ver la película es claustrofóbica y, en ocasiones, cruel y violenta. Modelo 77 es una gran película gracias a la habilidad del director para manejar el drama y a las excelentes actuaciones de Herrán y Gutiérrez.También cabe destacar a Jesús Carroza que, con su personaje de El Negro, asienta la parte más emotiva y tierna del filme. 

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