No mires arriba (porque no quieren que lo hagas y no te importa)
La película muestra realmente la estupidez humana, la vacuidad de la sociedad actual, el absurdo que nos rodea cotidianamente, la falta de escrúpulos de los que se llenan los bolsillos con la superficialidad de los Millennials y los Centennials donde su vida se centraliza en un dispositivo móvil.
Más allá de que “No Mires Arriba” se inscribe en el género de Comedia; Drama; Ciencia ficción; Sátira; Catástrofes y Fin del mundo, deja un claro mensaje de que vivimos en un mundo a donde nadie le importa ¡Nada!
Sinopsis
Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), es una estudiante de posgrado de Astronomía, y su profesor, el Doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio) sin pensarlo hacen un descubrimiento tan asombroso como aterrador: un enorme cometa lleva un rumbo de colisión directa con la Tierra. Pero esto no es lo más dramático de la película, sin que el problema es… que a nadie le importa. A la humanidad le quedan solo seis meses de vida para que el cuerpo celeste impacte contra nuestro planeta.
Como es mi costumbre, a diferencias de otros, me detendré realmente en la figura de algunos personajes, y otros directamente los dejare de lado, porque no suman nada en la trama y solo ha servido para tener un elenco brillante con buenos actores, pero sus protagónicos resultaron ser patéticos.
El Doctor Randall Mindy (Leonardo DiCaprio), es cómo todo letrado, introvertido, poco dado con las palabras, vive atado a su frasco de píldoras de ansiolíticos intentado superar sus miedos y procurar que lo escuchen. Hay por un momento un cambio radical cuando este se ve enroscado en un pequeño “romance” si así quieren llamarle, pero que en el momento clave de “No mires arriba” el personaje tiene una gran evolución, donde nos deja muy claro que las cosas suceden por algo y a pesar de que todo se destruirá, puede sacar lo mejor de nosotros y cambiar para ser mejor persona.
Kate Dibiasky (Jennifer Lawrence), realmente tiene que ponerse en un personaje que intenta que las personas, tanto las que están en el poder y toman decisiones, como las grandes celebridades de la televisión, se den cuenta de lo que se avecina y que no es para tomárselo a chiste o intentar darle un giro distinto al problema o sencillamente ignorarlo por otras cosas más superfluas o triviales, como por ejemplo, si la cantante Riley Bina (Ariana Grande) perdonara la infidelidad de su pareja DJ Chelo (realmente ¡patético!)
Uno de los personajes, más indeseables de la película es interpretado por Mark Rylance como Peter Isherwell, millonario, fundador y CEO de la compañía tecnológica Bash, con esa postura de místico relajado y superado, donde su conciencia esta elevada sobre todos aquellos que habitamos este planeta, con un slogan o mensaje que impacta sobre los consumidores de sus productos, viéndolo como un gurú, un elegido que conducirá a la humanidad a una era donde dependeremos de un dispositivo para saber cómo estamos hoy de ánimo y un algoritmo nos dirá como iremos a morir (¡lamentable!).
Luego nos topamos con Meryl Streep como Janie Orlean, la presidenta de Estados Unidos, una mujer que realmente no puedo imaginar cómo accedió al poder de la Casa Blanca, (pero bueno no entrare en detalles) Interesada, centrada, focalizada y obnubilada por ella misma y el impacto que tiene su figura política en la sociedad y en sus votantes. Por momentos, encoleriza su superficialidad, su necedad ciega ante el panorama apocalíptico que los dos astrónomos le presentan. Dicen algunos colegas que analizan o escriben sus opiniones sobre películas que Meryl Streep es una suerte de réplica femenina de Donald Trump, una mandataria negacionista, que no confía en la ciencia y que aprovecha cualquier truco para aferrarse al poder. Un papel irresistible, sobre todo luego que hace unos años el republicano la tratara de actriz "sobrevalorada" y como una de las más activas opositoras a su gobierno en el establishment de Hollywood.
En síntesis: el poder económico y el político cuando se unen, la historia es testigo habitual de esto, nos llevan al caos social y a la destrucción de la sociedad, porque no se vela por el interés de las personas, sino por el rédito que puede sacar de ellas. “No mires arriba” nos muestra realmente la negación de la realidad, la privación de la libertad de decisión, la aniquilación del discernimiento sobre un hecho bueno o malo, el seguimiento ciego y desenfrenado ante aquellos que ocupan lugares de poder y la influencia que ejercen sobre un sector de la población los medios de comunicación en conjunto con las redes sociales.
A mi modo de analizar la película, una parte muy importante del mensaje de “No mires arriba” es sobre la sociedad moderna. En esencia, nos presenta, nos plantea que, de conocer una amenaza que pusiera fin a la vida en el planeta, colectivamente la trataríamos como algo poco importante o, incluso, algunos lo verían como una conspiración. “No mires arriba” nos enseña dos cosas: que el absurdo y la estupidez es el verdadero esquema que rige los avatares de los que habitamos esta gran esfera celeste que llamamos Tierra.
La verdad da igual lo que hagas, da igual lo que digas, da igual que seas bueno, que seas una mala persona, da igual que te pongas en movimiento, o que no digas nada, que plantes una postura de lucha con una pancarta en mano o que te quedes en casa viendo algún programa que no te deje ¡Nada! Hagamos lo que hagamos, sea cual sea nuestra voluntad o nuestro espíritu, la realidad se conduce por un absurdo absoluto al que a nadie le importa que sucede, no solo arriba, sino en tu ámbito más cercano.
El Pelado Investiga
Que vive con los pies en la tierra pero con la mirada hacia arriba
1 https://www.latercera.com/
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