Nula propuesta con psicópata de por medio
por Rodolfo SánchezEl actor Lou Diamond Philllips tuvo durante los años ochenta cierto nombre aunque más por las películas en las que aparecía que por sus cualidades, bastante ínfimas, como actor.
En 1993 dirigió su primer, y por ahora afortunadamente único, largometraje, Corazón de amante, manos de asesino (un título en castellano tan deleznable como la película en sí misma), el cual también co-escribe e interpreta, en un alarde autoral innecesario a tenor de los pobres resultados en todos los aspectos. Corazón de amante, manos de asesino se sube a la moda imperante en los noventa del thriller erótico de hombre ideal devenido en asesino psicótico. A partir de ahí, poco más se puede decir sobre una película que transita sin gracia, ni personalidad, ni imaginación, los lugares comunes del género, no aportando nada, ni entretenimiento, en un espectáculo sinceramente vergonzoso. Cualquier telefilm de sobremesa posea más gracia y personalidad que esta propuesta innecesaria.
A favor: Es imposible encontrar algo a salvar en una película que ni llega a entretener.
En contra: Todo.