Opiniones sobre Un día de furia

"Un Día de Furia" es una película excepcionalmente crítica, que refleja a la perfección la situación que vive practicamente cualquier persona, en cualquier ciudad, y que bien puede ser cualquiera de nosotros. Un hombre normal, llevado a una situación límite. Una gota que colma un vaso que siempre supo contenerla, un cable que rompe y desprende con contundencia la tensión que siempre soportó. Ésta particular radiografía de la tensión y frustración que las personas deben enfrentar en el mundo moderno de las grandes ciudades. La cinta se centra en William Foster, un empleado de una empresa de Defensa que padece de un trastorno mental que se refleja sólo cuando las situaciones que lo rodean lo alteran. En el día del cumpleaños de su hija, se propone llegar a la celebración, muy a pesar de su ex esposa, quien derechamente no lo quiere cerca. Frustrado y deprimido por una serie de situaciones como el tráfico, la compra de una hamburguesa y un intento de asalto, Foster cruzará su destino con el policía Martin Prendergast, quien tiene planeado su retiro ese mismo día.

Como pocas veces, Joel Schumacher firma una película en general sólida, con una temática por lo demás interesante y con guión de Ebbe Roe Smith, para presentar la historia de un hombre que desata sus instintos más violentos y sociópatas ante las adversidades que la vida le ha puesto en frente. El guión y, en consecuencia, la trama están planteados de forma efectiva e inteligente, de una forma, podríamos decir, esquemática por cuanto presupone una estructura sociopsicológica que es desmenuzada sin tapujos, y sobre todo, prescindiendo de juicios de valor durante casi todo el metraje. La escena inicial en la que Foster se detiene por el tráfico, en un interminable atasco, y reflexiona como él y quienes están esperando que la fila se mueva no pasan de ser una sociedad decadente, que vive pendiente del tiempo y el estrés del trabajo, a mi juicio, es decididamente meritoria e introduce al espectador en un film que decididamente puede desembocar en todo y ése es uno de sus mayores méritos. Y es que dentro de su desequilibrio mental, nos es presentado no cómo un villano, sino como un hombre simplemente sometido a un infierno. Quizás, el más humano de los hombres.

El film explora, en forma de feroz ataque al sistema estadounidense tan biempensante, corrupto, capitalista y regido por torpes leyes, el sufrimiento y agotamiento del ciudadano medio supeditado a ese mismo sistema, forzado a obedecer unos abusivos códigos prefijados con toda la resignación posible. El personaje protagonista no pretende ser un héroe, ni un icono anti-sistema, es lo diametralmente opuesto, quizá la personificación de un poder arcaico incomprendido buscando su sitio en un mundo nuevo e incomprensible, como le sucede a Prendergast, si lo han notado, y al que el dicho "renovarse o morir" le asalta de forma constante, pero ante todo es un antihéroe, reflejo de ese hombre corriente al cual la paciencia se le esfuma. Un punto acertado de la trama, es el toque de humor negro y ácido que envuelve a todo el argumento, logrando hacer más llevadero el oscuro camino de violencia y destrucción que ofrece el relato.

Las actuaciones son impecables, con un excelente reparto protagónico, encabezado por un colosal Michael Douglas, metiéndose en la piel de William Foster, un tipo que al que le acaban de quitar el último "tornillo" de paciencia que le quedaba. Al borde de su capacidad como actor realizando una de las mejores e inolvidable interpretaciones de toda su carrera. Le acompaña otro grande que sigue hasta la actualidad en plena forma y en activo, me refiero a Robert Duvall, que tratará de que la cosa no se ponga más fea de lo que ya se puso, porque como dice él mismo, "acaba de cruzar una linea que ya no tiene retorno". Y por último, la buena presencia de esas geniales Rachel Ticotin y Barbara Hershe, que están bastante bien.

En definitiva, profunda y dura crítica al "sueño americano" por dejar al descubierto su parte más amarga y oscura: la de aquellos que fracasan en el intento por alcanzarlo y van comprobando irremediablemente como sus vidas se van derrumbando como castillos de naipes hasta quedarse como parias en tierra de nadie, como proscritos en el limbo de los apestados del sistema. Tiene un guión interesante, de gran calidad, que junto con los planos, en varias ocasiones agobiantes, forman esta genialidad que te dejará sentado sin aliento.

Básicamente, un peliculón de los 90!!. Un retrato muy realista de la variedad de problemas e imperfecciones del sistema social en las grandes ciudades y como si una persona, correcta pero con propensión a la violencia, se deja llevar por la tensión del sistema puede explotar y revelarse contra la sociedad. Una actuación descomunal de Michael Douglas quién nos lleva a través de un thriller donde en prácticamente todas las escenas terminamos tentados a darle la razón y estar de su lado.
Para mi gusto una obra maestra, un clásico imperdible de una de las mejores décadas del cine.