El Premio Duque de Edimburgo fue instaurado por el Príncipe Felipe (marido de Isabel II) en 1957. Destinado en su origen a los jóvenes con mejores desempeños escolares y consistente en una de sus áreas, la de expedición, en la "planificación, formación y realización de un viaje de aventuras en el Reino Unido o en el extranjero", es decir, en la realización de un cross country para fomentar determinadas destrezas y valores.
Parece que con el correr del tiempo fue cambiando su target de tal modo que en esta película lo encontramos protagonizado por tres lúmpenes de pésimo desempeño escolar y un chico aplicado, Ian, quien registra puntillosamente la evolución de esas destrezas y valores.
La película comienza con el arribo de nuestros (anti)héroes, acompañados por un instructor, a las Tierras Altas de Escocia para comenzar su periplo. Pero esta travesía les deparará peligros y enemigos impensados.
Esta ópera prima de Ninian Doff es una comedia negra que combina dos estilos: uno fumón, psicodélico y con ritmo de hip-hop y otro pleno de un humor inglés que recuerda a los Monty Python. Esta veta es la que depara los mejores momentos, con unos chistes y gags realmente muy buenos.
A su manera, la película plantea una batalla generacional y de clase llevada a los extremos de la comedia y bordeando el terror, sumada a una graciosa exposición de prejuicios. Cuesta empatizar al comienzo con estos jóvenes bastante tontos y a la deriva, incapaces de medir los alcances de algunos de sus actos y con uno de ellos decidido a hacer carrera como cantante de hip-hop.
En definitiva, creo que merece verse sobre todo por sus chistes "con mensaje" y sus gags.