“El Pianista” es a mi parecer una de las mejores películas realizadas sobre la Segunda Guerra Mundial, especialmente centrada en el Holocausto. Roman Polanski consigue retratar con esta cinta el sufrimiento y el calvario que sufrieron los judios a manos de los nazis. Un rasgo característico y muy bueno es que la película está rodada en primera persona, vista a traves de los ojos de una familia normal que ve como de repente toda su vida se desmorona. Algo muy bueno que tiene el film es que cuando empieza la Segunda Guerra Mundial, se percibe perfectamente el proceso de cambios que sufren los judíos.
Aunque el tema sea crudo y desagradable, Polanski la sabe llevar adelante con una gran elegancia y humanidad. Es una de esas cintas de las que te dan que pensar, nos muestra la guerra desde un punto de vista humano que pocas películas del género. Sin embargo, el film se centrará en un hombre, cuya descomposición racional y física, está brillantemente expuesta por Polanski, desde su burbuja personal, la música, hasta el instinto de supervivencia que aflorará al final. Al principio, el personaje de Szpilman parece un espectador de este horror tan inverosímil, de ahí que se note más que espantado o ausente, en especial cuando observa que los sucesivos decretos nazis van destruyendo limitando y degradando la unión de su familia, que terminan enfrentándose entre todos ellos. La limitación del dinero, la obligación de llevar brazaletes que los identifiquen y la obligación de tener un permiso para trabajar, se transforman en factores detonantes en una familia que ya está consciente del horror que empiezan a vivir.
Pero ya inmerso en el horror, del cuál logra a penas sobrevivir por la ayuda de quienes lo admiran, Szpilman termina por darse cuenta que la música no le sirve para nada. La burbuja se rompe y el músico entiende que si quiere sobrevivir a este infierno tendrá que desvirtuarse como artista y buscar donde no hay nada. Aún así, se aferra a ella como fuente de una fuerza mental sobrehumana, reflejada en aquellas conmovedoras escenas en las que oculto en departamentos y estando frente a un piano, imagina tocarlo, escapando unos meros segundos de ese horror que no para y que durará casi 6 años.
Otro de los elementos del guión dignos de destacar es la propuesta de Polanski de hacer del horror algo no especial, algo escalofriantemente cotidiano, que hace que en ningún momento el ritmo del film decaiga a pesar de su extensión, y que demuestra la maestría para mantener al espectador en vilo, shockeado y enganchado, no así por el morbo que este tipo de films termina por levantar, sino por la posibilidad de ver un final relativamente feliz, una posibilidad honestamente remota, claro está.
La actuación de Adrien Brody es soberbia, la cual hizo que ganará el Óscar a mejor actor. El gesto que tiene ya de por sí su rostro, le viene que ni pintado para el papel. Refleja perfectamente lo que una persona sufre cuando debe poner en práctica el instinto de supervivencia.
En definitiva, una de esas películas que todo el mundo debe de ver si quieren ser testigos de cine de calidad en todos los aspectos. Un guión brillante, una fotografía maravillosa, una dirección artística cuidada al detalle para recrear todo el horror de la guerra, un trabajo de dirección fantástico y unas interpretaciones memorables. Obra maestra.