Bertolucci dirige este drama político situado en la Parma de 1962, en el que se relata la historia de Fabrizio (Francesco Barilli), un joven estudiante de 22 años, que se encuentra en la difícil situación de poder conciliar, por un lado, ese pertenecer a la burguesía, y por el otro, formar parte del partido comunista italiano. Después de recibir la terrible noticia de que su amigo Agostino (Allen Midgette) se ha ahogado en el río, Fabrizio queda realmente traumatizado. Es la llegada de su tía Gina (Adriana Asti), una madura y elegante mujer que vive en Milán, la que hace que la desorientación del joven aumente de forma desorbitada. Tras el repentino enamoramiento que ambos sienten, Gina, una vez que es consciente de lo que está ocurriendo, decide volver a su ciudad, dejando a Fabrizio en un estado de irremediable debilidad y tristeza. Al verse consumido de esta manera, el joven burgués toma la decisión de, con el corazón destrozado y más racional que nunca, renunciar a Gina para cambiar de rumbo y seguir un camino diferente al recorrido hasta ahora.
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