"13 Fantasmas" es un entretenido remake del film homónimo de 1960 de William Castle, dirigido por Steve Beck. Una familia que acaba de sufrir la pérdida de la madre y su hogar a causa de un incendio, recibirá como herencia una extraña y moderna casa que guarda espantosos secretos. De esta forma, el propietario Cyrus Kriticos deja en herencia la mansión a su sobrino Arthur, lo hará en realidad con la intención de utilizarlo para fines diabólicos que luego conoceremos y en donde el abogado tiene un rol absolutamente secundario al incluir a dos videntes y expertos psíquicos que trabajan para el cazador de fantasmas. El film propone un maquiavélico cazador de fantasmas y ambicioso plan diabólico que consiste en capturar y encerrar a violentos fantasmas en una especie de zodíaco negro para conjurar al diablo y un poder sobrenatural. Se trata de un villano inteligente y cruel que no tiene escrupulos en involucrar a su sobrino e hijos y así reunir y esclavizar en la máquina de Basilio a los 13 fantasmas que necesita para cumplir con su objetivo. Y a propósito de la máquina de Basilio, el complejo dispositivo medieval constituye otra de las claves narrativas para la evidente efectividad del filme. Construida en el siglo XVI, la máquina metálica tiene un mecanismo giratorio que va alineándose a medida que los fantasmas aparecen y les permite desplazarse libre e impunemente por la casa.
La máquina está alojada en el interior de la casona fabricada por Cyrus Kriticos a partir de un material ficticio conocido como ectobar, de apariencia transparente y de alta durabilidad, que incluye un complejo sistema de paredes transparentes y movibles que forman una especie de laberinto. Estas paredes contienen una serie de conjuros escritos en latín que sirven de protección contra los fantasmas cuando las paredes se mueven y permiten el ingreso de los espectros. El punto anterior nos lleva a un narrativo que la cinta sabe explotar de una forma interesante y morbosa. Me refiero a los espíritus atrapados, los cuales tienen un trasfondo bastante violento y están dispuestos en orden desde el menos al más dañino y peligroso. De esta forma, el primero es el Hijo Primogénito, el fantasma de Billy Michaels, un niño malcriado que gustaba jugar a los vaqueros y resultó muerto accidentalmente por una flecha metálica. Le sigue el Torso, el espeluznante espectro de Jimmy Gambino, un apostador que termina descuartizado por la mafia. La Mujer Amarrada, es el fantasma de Susan LeGrow, una adolescente asesinada por un pretendiente en su noche de graduación. Luego, tenemos a la Amante Marchita, que no es otra que el fantasma de Jean Kriticos, la esposa de Arthur Kriticos, el heredero de la mansión, que murió lastimosamente en el incendio que los dejó en la calle y que no constituye ningún peligro.
El quinto espectro es el Príncipe Desterrado, en vida Royce Clayton, talentoso ex jugador de béisbol que murió en un accidente de tránsito y que suele atacar con un bate de béisbol. La siguiente es la Princesa Enojada, el fantasma de Dana Newman, una hermosa joven obsesionada con la belleza y defectos físicos que sólo ella veía y que luego de abusar de las cirugías plásticas y sufrir una accidental operación ocular, decide suicidarse con un cuchillo. Por otra parte, el fantasma de Isabella Smith, colona inglesa del siglo XVII conocida como la Peregrina, que luego de ser acusada de brujería y salvarse de un incendio intencional, es condenada a morir de hambre en el cepo. Les siguen la pareja del Niño Deforme y la Madre Hiriente, que tienen uno de los más espeluznantes trasfondos. Margaret y Harold Shelburne fueron dos fenómenos circenses, madre e hijo producto de la violación que la enana mujer sufrió en el circo donde trabajaba y vivía. Los últimos tres son los más peligrosos y letales. El Martillo fue alguna vez George Markeley, un herrero que fue acusado injustamente de robo. Luego de negarse a exiliarse y ver el linchamiento de su familia, mató a los responsables y fue capturado, se le mutiló un brazo y se le encadenó para luego clavarle decenas de clavos de ferrocarril en el cuerpo. Le sigue el Chacal, el fantasma de Ryan Khun, implacable violador y asesino de mujeres que tras intentar recuperarse en un manicomio, empeoró al punto de suicidarse en un incendio en el inmueble, tiene una jaula en la cabeza y una camisa de fuerza desamarrada. Finalmente, el Aniquilador o el espectro de Horace Mahoney, fue un desequilibrado desfigurado que desarrolló una carrera como chatarrero debido a su descomunal fuerza y como asesino en serie de autopista.
Las actuaciones son más bien flojas, el único que realmente destaca en el reparto es F. Murray Abraham, que interpreta a un Cyrus Kriticos villano maquiavélico, inteligente y elegante, pero al que el director pudo incluso sacar más provecho. Tony Shalhoub, que personifica al protagónico Arthur Kriticos, en tanto, no logra nunca acomodarse y, por tanto, ofrecer la actuación empática de un personaje que obligatoriamente lo exigía, sobre todo por su rol en la completación de los 13 fantasmas. El trío juvenil secundario queda un tanto al debe empezando por Embeth Davidtz y Shannon Elizabeth, que interpretan a la médium Kalina Oretzia y a Kathy Kriticos, la hija de Arthur, en gran parte porque sus personajes no tienen profundidad. Un poco mejor, aunque muy hiperventilado, está el histriónico Matthew Lillard que encarna al médium Dennis Rafkin y resulta tener mayor carisma que el personaje de Shalhoub.
En definitiva, una cinta entretenida, sin grandes pretensiones de guión y con unos actores bastante planos. Que tiene su mayor mérito en un cuidadoso diseño de producción, decorados y maquillaje y un tratamiento más oscuro de los fantasmas, que le entregan una frescura un interés inusual. No es una película de terror adolescente al uso, es original, con un estilo visual diferente e intentando montar una historia excéntrica a más no poder y que puede resultar atractiva al espectador.